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CHAMANISMO CELTA

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El druidismo es el heredero de las enseñanzas celtas. Los druidas era los chamanes de los pueblos célticos. Un druida cree en que el mayor maestro es la Naturaleza. Persigue vivir en armonía con ella buscando la conexión entre la tierra, el cielo y el mar (los tres reinos de la cosmovisión celta), honrando a los ancestros y al legado dejado por ellos.

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El chamán celta cree que la Madre Tierra no es solo un planeta creado para uso, abuso y disfrute de los humanos, sino que tiene alma, tiene esencia. Buscan llegar a la Awen, al Espíritu Fluido o Iluminación y así unirse al Todo. Sabían que para alcanzar la iluminación debían tomar conciencia, saber. Sólo quien se conoce es capaz de conocer la esencia. Una vez que conocemos qué es la esencia y qué es ego, somos capaces de transformarnos, de llegar al amor.

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Los celtas hablan de equilibrio y no sólo eso: todo lo hacen respetando el equilibrio natural de la naturaleza.

Tienen una suprema sabiduría que les permite entender la dualidad misma de la vida: la simpleza y la complejidad unidas, la oscuridad y la luz…

Un druida sabe que debe vivir y debe sufrir, entendiendo este sufrimiento como experimentación, como la propia existencia sin estar ligada únicamente al dolor y al igual que los elementos sufren cambios, sufrir asimismo esa transformación.

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Los druidas celtas eran, entre otras cosas, los botánicos y jardineros de su tiempo, y ejercían un gran poder sobre las creencias de las personas debido al gran conocimiento que habían adquirido de plantas y semillas, así como de sus aplicaciones.

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No hay un solo camino para el chamanismo celta porque, sobre todo, “el druidismo es ser libre en tu libertad

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